Este año los Reyes Magos no se esperaban recibir también cartas de adultos,
pidiéndoles dinero para poder comprar los juguetes a sus hijos.
Me estoy imaginando las caritas de esos niños qué al despertar no tengan el añorado juguete...y, esta es la razón de mi carta.
Me dirijo a los que pueden hacer algo más... Si no seguimos dando ilusión, se nos acabarán las sonrisas y la de un niño borrarla es imperdonable.
Un año yo no tuve juguetes, por eso sé de lo que escribo.
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