lunes, 12 de agosto de 2013

DIGNIDAD

Para mis oídos que alguna vez me duelen (y hoy toca) carece de interés todo lo que cuentan los políticos. En cambio, cuando oigo a mujeres como a Inmaculada Michinina dirigiéndose a la alcaldesa de Cádiz con esa fuerza que sólo le da el tener mucha raza y mucha razón como tiene ella, consiguen fascinarme, y más aún cuando no se doblega ante los que se creen superiores tratando de hacerla creer que no sabe lo que dice.

Inmaculada lo que demanda es una licencia para vender en un mercadillo y poder dar de comer a sus hijos de la forma más digna, y así lleva tres años en el intento...Pregunto ¿cuántos de los que se llevan los euros a puñados por hacer poquito trabajo en sus despachos con aire acondicionado en verano y calefacción en invierno estarían dispuestos a montar y desmontar el tenderete, pasar frío o calor y echar la mañana con una venta incierta?

Ni uno.

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