Dejas aparcado igual que un coche el móvil, la tele y el ordenador, y da la sensación de que te has muerto...¡¡Qué cosas!! Pero si he vivido sin ellos muchos años y era más feliz que una perdiz estando menos informada... Desgraciadamente, no hay más que desgracias.
De siempre me ha gustado dar buenas noticias por el teléfono fijo, y aprovechaba el 28 de diciembre para llamar a los amigos y decirles que le había tocado un jamón. Os imagináis la alegría que les daba........y cómo mi voz les resultaba familiar, tenía que ingeniármelas para no ser reconocida.
A algunos les decía que llamaba desde una emisora de radio, y si quería el jamón tenía que cantarme un villancico, hace ya muchos veintiocho que no lo hago, pues hacerlo ahora sería cruel... ya que antes casi todos teníamos en nuestra casa una pata de jamón, que si no era negra era más descolorida...
Quise regalar el soporte dónde se cortaba las lonchitas estupendamente y me contestaron. No gracias.
Queda claro que ahora en estos tiempos si tenemos en la nevera 100 gramos de jamón envasado al vacío somos unos privilegiados.
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